El Barça cayó donde y como caen los grandes
Aún siendo un día difícil y propicio para buscar excusas o echarle la culpa a la suerte, no merece la pena hacerlo. Ayer la suerte fue esquiva como otras veces fue favorable. El gol de Iniesta del año pasado no entro éste. O entró y fue anulado, da igual.
El Inter hizo su partido y le salió bien. Enhorabuena. Al fútbol se puede jugar de muchas formas y la de ayer del Inter es una de ella. También en la vida se puede tener un espíritu noble o ser un indeseable, y todos conocemos a indeseables a los que en la vida les va bien. Es cierto que si todos los equipos del mundo jugaran como el Inter ayer el fútbol habría desaparecido hace tiempo, pero la sonrisa hoy está en la cara de los neroazzurros.
Es tiempo para que sus seguidores estén orgullosos del Barça. De un equipo que muere, como mueren todos menos uno en cada competición. Pero que no lo hace de cualquier manera. Lo hace dándolo todo, con el equipo al completo en el área rival.
Es tiempo para que los cúles estén orgullosos de tener un equipo que no sólo quiere ganar, sino que intenta llegar hasta la victoria mediante un estilo único e irrenunciable. De uno de los pocos equipos del mundo que tiene una forma de jugar propia, atractiva y fácilmente reconocible. De un equipoque tiene que ser extraordinariamente bueno para provocar que grandes como Inter, Chelsea o Madrid renuncien a jugarle de tú a tú. De un equipo que, si pierde la Liga, lo hará forzando a su rivala batir el record histórico de puntos para conseguirlo.
Es tiempo para no renunciar al estilo. Mourinho lleva años entrenando a los equipos más poderosos del mundo y haciendo planteamientos como los de ayer. En esos años el Barcelona ha ganado dos Champions y él, ninguna. Benítez llegó al Liverpool, le hizo jugar mal, y ganó la Champions. Siguió haciéndole jugar mal y, efectivamente, no volvió a ganar nada.
Es tiempo para que los culés se sientan orgullosos de jugadores cuyo nivel de implicación con el equipo es total. De jugadores que abandonan el campo con lágrimas en los ojos tras una eliminación. Orgullosos de un entrenador valiente, trabajador y elegante por más que algunos se empeñen en manchar su imagen.
Es tiempo para que los culés se sientan orgullosos de ser el único grande de Europa en el que forman con frecuencia seis, siete y hasta ocho jugadores formados en su cantera. Sin su aparición, y sin el trabajo previo de formación, hoy el Barça no podría competir al nivel que lo hace.
Es probable que este año no se gane nada. Sólo queda la liga y las condiciones para afrontar el tramo final no son las mejores. El calendario no es excusa, hay que jugar con todos, pero la acumulación de partidos resultará clave. Después del mazazo de ayer hay que jugar dos partidos en seis días, con sólo dos de descanso entre partido y partido. A cosas como ésas se refiere Guardiola cuanto repite que "No nos van a regalar nada". Además, el Barcelona llega con el piloto de la reserva encendido. En un post reciente ya escribí acerca de que algunos jugadores blaugranas van a disputar 140 partidos oficiales en 2 años. Pero ser grande implica ir a por a todo, sin tener en cuenta los peajes que haya que pagar.
Y aunque no se gane nada, al día siguiente volverá a amanecer. Y al siguiente. Y Xavi, Iniesta, Messi, Piqué, Valdés, Busquets, Alves y compañía seguirán jugando en el Barça. Y vendrán nuevos y buenos jugadores para acompañarlos. Y Guardiola los dirigirá. Y en agosto habrá ilusión y, si se sigue en la misma línea, los buenos resultados llegarán.