El Atlético de Madrid ha perdido, sólo en Liga, dieciséis partidos a lo largo de la temporada. En Copa del Rey hizo el ridículo en Huelva y lo rozó ante el Celta, ganando tan sólo a un equipo de primera, el Rácing, y con una actuación arbitral más que discutible. Y en Liga de Campeones fue vapuleado por Oporto y Chelsea e incapaz de ganar al Anorthosis. Debido a su mala actuación en Champions se vio obligado a disputar la Liga Europa, competición que muchos aficionados atléticos allá por diciembre preferían no disputar. Y en Liga Europa ha ganado tan sólo dos partidos de nueve.
Pero como el fútbol es inexplicable, el equipo rojiblanco se ha plantado en dos finales y ya ha ganado una. Tras conseguir su primer título europeo en cuarenta y ocho años es legítima y razonable la alegría de sus jugadores, técnicos, directivos y, por supuesto, de sus aficionados. Pero quién mande en el Atlético debería plantearse si la línea seguida es la correcta y, hasta que punto, los éxitos conseguidos son en buena parte fruto del azar.
Es indudable que el equipo tiene algunas individualidades destacadas y que éstas se centran
en ambas áreas. La portería, con De Gea y detrás de él Asenjo y Roberto, está perfectamente cubierta. Y los dos delanteros conforman a día de hoy una de las mejores parejas atacantes del mundo. Pero el nivel del resto del equipo es mediocre. De toda la defensa el único jugador de alto nivel es Domínguez, el resto: Varela, Ujfalusi, Perea, Antonio López, Pernía, Juanito... son jugadores aceptables de primera división, sin más. Del centro del campo sólo son jugadores fiables Tiago y Assunçao. El resto, aún teniendo calidad, son extremada intermitentes: Reyes, Simao, Jurado o Raúl García son incapaces de jugar tres partidos seguidos buenos.
Hacen bien los atléticos en celebrar el título conseguido y el que puede venir, pero si no hay autocrítica y en la valoración de la temporada no se tienen en cuenta los puntos oscuros, difícilmente podrán repetir estos éxitos a medio plazo. No siempre podrá aparecer Forlán para marcar a pocos minutos del final, no siempre se cruzarán en Copa con Recreativo, Celta y Rácing, y no siempre habrá arbitrajes propicios en momentos clave.