jueves, 10 de febrero de 2011

Las cuentas de la lechera

Comparación entre lo que se dijo que iba a generar económicamente la presencia de CR y Kaká en el Real Madrid y lo que ha generado

A comienzo del verano de 2009 el Real Madrid fue noticia al concretar dos tres fichajes más caros de la historia del fútbol . Kaká y Cristiano Ronaldo se incorporaron al conjunto blanco y pasaron a ser dos de los jugadores mejor pagados del mundo: por el portugués fueron desembolsados 94 millones de euros, mientras que por el brasileño se pagaron 65. La amortización anual (sus contratos son de 6 temporadas) asciende entonces a 15,66 M€ en el caso de Ronaldo y 10,83 M€ en el de Kaká sin contar con los costes financieros derivados de los créditos que el Real Madrid solicitó  para poder abordar dichas operaciones.
Ambos jugadores recibiran, respectivamente, 12 y 9 millones libres de impuestos por cada una de las 6 tempordas por las que el Real Madrid les contrató. La fiscalidad a la que están sometidos ambos futbolistas, por proceder de un país extranjero, es del 24 %, por lo que la cantidad anual a desembolsar por el Real Madrid en concepto de ficha de cada uno de ellos ascendería a 14,88 y 11,16 M€.
De esta forma, y sin tener en cuenta el pago de intereses derivados de los créditos, Cristiano Ronaldo y Kaká le cuestan a Real Madrid, en números redondos, 31 y 22 millones de euros por campaña respectivamente. Al conocerse estas cifras, el común de los aficionados puso el grito en el cielo al considerar ambas operaciones como inviables económicamente. El Real Madrid y muchos medios de comunicación se encargaron de "demostrar" que esos fichajes, lejos de costar dinero al conjunto blanco, le reportarían beneficios. Para sostener esa, a priori, sorprendente afirmación, argumentaban que la venta de camisetas sufragaría gran parte del coste de ambos futbolistas y que además el Real Madrid firmaría un nuevo contrato de televisión, nuevos contratos con la marca de ropa deportiva que le viste, vería aumentado su caché en los amistosos y que podría disfrutar de nuevos contratos de patrocinio.
Pasados casi dos años desde la llegada de ambas figuras es momento de analizar, desde el punto de vista económico, si su llegada es tan rentable como trataron de hacernos creeer.
Venta de camisetas
Una de los motivos principales por los que ambas contrataciones iban a ser beneficiosas en lo económico era por los ingresos derivados de la venta de camisetas. Para demostrarlo, se recurría a la comparación con el último icono publicitario que vistió la camiseta madridista: David Beckham. Se llegó a afirmar que el Real Madrid había llegado a ingresar 428 millones de euros (sí, está bien escrito) por la venta de camisetas del jugador inglés. Teniendo en cuenta que el precio de una camiseta ronda los 70 euros  y que de esos 70 al Madrid le llega la mitad, es decir 35 euros, el Real Madrid debería haber vendido más de 12 millones de camisetas para llegar a esa cifra. Beckham jugó 4 años en Madrid , por lo que se deberían haber vendido más de 3 millones de camisetas anuales con el nombre del jugador británico.
Un estudio de la consultora alemana PR-Marketing, corroborado con datos de los clubes y fabricantes, revela que el Real Madrid vendió entre los años 2005 y 2009 una cantidad anual de camisetas situada entre los 1,2 y los 1,5 millones de camisetas, lo que pone de relieve que el dato filtrado de venta de camisetas de Beckham nada tenía que ver con la realidad.
Clubes como Real Madrid, Barcelona o Manchester United siempre podrán obtener importantes beneficios de la venta de camisetas, pero no tan disparatados como se ha llegado decir. Sí ya es difícil cuantificar el número total de camisetas vendidas, es prácticamente imposible determinar cuantas se venden a mayores por la presencia de un determinado jugador, sobre todo porque estamos hablando de productos excluyentes: si un aficionado se compra una camiseta del Real Madrid con el nombre de Ronaldo, entonces deja de comprarse una camiseta con el nombre de Kaká, de Benzemá o de Higuaín. Y quién se compra una camiseta una temporada, normalmente no se la compra también a la siguientes. ¿Cúantas camisetas se puede vender a mayores por la presencia de estrellas internacionales en un club? Siempre habrá quién diga que la presencia de Ronaldo en Madrid dispara la venta de camisetas en Portugal y la de Kaká lo hace en Brasil. ¿Disparó la presencia de Torres, Reina o Alonso la venta de camisetas del Liverpool en España? No, ¿verdad? Pues al revés tampoco pasa.
Nuevo contrato de Adidas
Otra historia que se contó hasta la saciedad en aquel verano fue que el Real Madrid negociaría un nuevo contrato al alza con Adidas, su proveedor de ropa deportiva. Ambas entidades tenían contrato hasta junio de 2012... y ése es el contrato que sigue vigente. Creer que la marca alemana iba a ser tan inocente de negociar un nuevo contrato cuando aún quedaban tres años para que venciera el anterior es de ser muy inocente, sobre todo porque a Adidas no se le puede engañar con el número de camisetas vendidas. Las primeras tomas de contacto para su renovación se han producido recientemente: hace dos años se hablaba de que el Real Madrid exigiría 60 millones a la firma alemana. Hoy se habla de 50.
Patrocinadores
No sólo el contrato con Adidas iba a ser renegociado. También se renegociarían al alza otros contratos de patrocinio y se incorporarían otros nuevos. Echando un vistazo a los patrocinadores actuales del Real Madrid se comprueba que son los mismos que hace 2 años, salvo por la presencia de Solaria, empresa que fabrica paneles solares y fotovoltaicos. No parece que la presencia de Cristiano o Kaká en el Madrid tenga mucho que ver con este contrato. Ninguno de los contratos ha sido modificado, aunque se trató de hacer creer lo contrario: en septiembre de 2009 Florentino presentó con grandes alardes el nuevo contrato con la casa de apuestas Bwin. Lo que no terminó de explicar bien es que este contrato ya estaba acordado por la anterior junta directiva mucho antes de la llegada de los cracks lusoparlantes.
Contrato de televisión
A la llegada de Cristiano y Kaká el Real Madrid tenía vendidos sus derechos audiovisuales a Mediapro hasta el año 2013 y, como en el caso de Adidas y como era de esperar, ese contrato no se ha visto modificado.
Caché por partidos amistosos
Antes de la llegada de Cristiano y Kaká, el caché del equipo madridista en los amistosos de pretemporada no llegaba a los 2 millones de euros por partido. Con la llegada de ambas figuras ese caché no ha cambiado, incluso hay quién dice que debido a la crisis, ha bajado y se sitúa en torno al millón de euros
¿No han aumentado entonces los ingresos del Real Madrid tras estos fichajes? Pues sí, hay una partida de ingresos que sí se ha visto incrementada considerablemente: las cuotas de los abonos han subido en los últimos dos años en un porcentaje cercano al 35 %. Tampoco se ha oído un excesivo clamor en contra de esta medida, de lo cuál que se puede deducir que, como dice el refrán: sarna con gusto, no pica.

martes, 8 de febrero de 2011

¡Es el juego, idiotas!

Por qué Messi recibe menos faltas que Cristiano

Mientras a nivel mundial crece la admiración y el reconocimiento por el juego del Barça, aquí en España no son pocos los que buscan excusas peregrinas para restar valor a sus éxitos: ayudas arbitrales, regalos de los equipos rivales, etc. La penúltima polémica artificial que se ha creado en nuestro cada vez más encanallado fútbol tiene que ver con las faltas que han sufrido en el campeonato liguero sus dos grandes protagonistas individuales: Messi y Cristiano Ronaldo. En lo que va de liga el portugués ha sufrido 58 faltas y el argentino 32. Ése es un dato irrefutable, hasta ahí no hay nada que objetar. El problema viene con las conclusiones que se extraen de ese dato: los rivales persiguen implacablemente al portugués y colocan una alfombra roja al paso del argentino, dicen los propagandistas de la causa madridista.  
Pero sacar consecuencias a partir de un sólo dato, sobre todo si uno no es muy listo y/o es malintencionado, puede que nos proporcione una visión tergiversada de la realidad. Relativicemos ese dato: Messi ha jugado 300 minutos menos en lo que va de liga que Cristiano (1782 frente a 2085), con lo que el argentino sufre una falta cada 55,7 minutos y el portugués una cada 35,9 minutos. Estos datos sustentarían, en principio, la teoría conspirativa.  
Echemos la vista atrás, a lo que pasaba en las anteriores temporadas: en la temporada 2008-09, la primera de Messi con Guardiola, el actual balón de oro recibió 81 faltas en 2636 minutos, una cada 32,5 minutos y medio. Y en la 2009-10 recibió 87 en 2952 minutos, es decir, una falta cada 33,9 minutos. En conclusión, en las dos temporadas anteriores Messi era frenado en falta con más frecuencia que Cristiano Ronaldo en ésta.  
¿Qué ha sucedido para que Messi, de repente, reciba muchas menos faltas que en temporadas anteriores? Podríamos enfocar la respuesta de dos maneras:
1ª. Desde el punto de vista conspirativo Messi ha pasado de recibir una falta cada más o menos 33 minutas a hacerlo cada 55 porque todos los equipos españoles se han puesto de acuerdo para no hacer faltas a Messi. Bien, veamos lo que ha sucedido en Europa. En la 2008-2009, cuando el Barça conquisto la Liga de Campeones, Messi jugó 985 minutos en los que recibió 24 faltas, una cada 41 minutos. La pasada temporada, cuando el Barcelona cayó ante el Inter en semifinales, Messi jugó 1032 minutos en la Champions, en lo que recibió 27 faltas, una cada 38 minutos. En la presente edición ha jugado 438 minutos recibiendo 8 faltas, lo que nos da un ratio de una falta cada 54,7 minutos. Es decir, en Europa Messi ha pasado de recibir una falta en competición europea cada 35-40 minutos a hacerlo cada 55... ¡justamente lo mismo que sucede en Liga! No es una conspiración de los equipos españoles para favorecer a Messi, no: ¡Es una conspiración a nivel europeo! ¡Qué digo europeo, mundial! Sin embargo, si consideramos otros dos jugadores de Real Madrid y Barcelona que realizan tareas similares como Özil e Iniesta, vemos que el manchego ha sufrido 47 faltas en liga por 20 del alemán: ¿hay un complot contra Iniesta? ¿Los rivales le odian? Es obvio que este camino no es el adecuado para entender la diferencia en el número de faltas.
2º. Otro planteamiento, sin duda más racional que el anterior, es tratar de analizar si se ha producido en el juego de Messi un cambio en los últimos tiempos que pueda estar relacionado con la clara disminución en el número de faltas recibidas. Y, efectivamente, lo hay: a mediados de marzo del año pasado, tras una serie de partidos en los que el Barça no logró desarrollar su mejor juego (ante Atlético, Rácing, Málaga, Stuttgart o Almería) y en los que Messi, si bien hizo algún gol, no entró en contacto con el balón como solía ser habitual, Guardiola decidió convertir en norma algo que hasta entonces sólo había sido una solución de carácter esporádico: Messi debía abandonar la banda para participar más en la elaboración del juego y estar más cerca del área. En los siguientes partidos Messi alternó partidos en la media punta con partidos como delantero centro, hasta que se consolidó en esta última posición relegando a Ibrahimovic a la suplencia tras partidos en los que jugando como delantero centro logró marcar tres y hasta cuatro goles por encuentro. El juego de Messi cambia radicalmente, hace goles con más facilidad y ya no debe darse largas desde o por la banda con el balón pegado al pie. Esto hace que su juego se modifique: por el centro los espacios son menores, debe buscar más la asociación con sus compañeros y encarar sólo en situaciones verdaderamente ventajosas. La temporada anterior Messi daba un pase cada 2 minutos y 9 segundos de media, ésta lo hace cada minuto y 34 segundos (Cristiano da un pase cada 2'54'' de media), lo que le ha llevado a ser el mejor asistente de la liga con 14 pases de gol hasta el momento, muy por encima de Cristiano, con tan sólo 5.  
En definitiva, estamos ante dos jugadores completamente diferentes, que se relacionan con sus compañeros cada uno a su manera, que buscan el gol por a través de vías distintas y que militan en equipos con filosofías de juego radicalmente opuestas. Hasta hace un año Messi se veía obligado a encarar a los rivales con mucha frecuencia, como Cristiano, pero su juego ha mutado: la opción individual, antes preferente, es ahora sólo una más. El resto de explicaciones, una vez más, son propaganda.
Nota: las estadísticas se han obtenido de las páginas web de FCBarcelona y Real Madrid y de las webs de los diarios Sport, As y Marca. 

martes, 1 de febrero de 2011

El problema de fondo

CR: “Da igual si no juegas a nada siempre que ganes”

Son muchas las teorías formuladas acerca de las claves del éxito y del buen juego, sostenido y perfeccionado durante ya casi tres años, del Barcelona de Guardiola. De manera casi obvia, la mayoría coincide en formular dos causas como pilares principales del éxito: la calidad de los futbolistas y su actitud sobre el campo. Sin embargo, existe una causa que es condición necesaria para alcanzar ese nivel de excelencia en el juego: puede parecer trivial pero, para jugar bien, lo primero es querer jugar bien.
A primera vista es entendible que la anterior afirmación suene ridícula, pero no lo es tanto. Démosle la vuelta: si no quieres jugar bien, no vas a jugar bien. O mejor, modifiquémosla ligeramente: si piensas que jugar bien no es útil, e incluso desprecias el buen juego, de ninguna manera lograrás jugar bien. Vale, es lógico pero, ¿existe alguien que desprecie el buen juego? 
Cristiano Ronaldo respondió así en Pamplona a un periodista que le pidió explicaciones sobre el mal juego del Real Madrid en Pamplona: "Si hubiéramos ganado no me preguntarían por el juego. Da igual si no juegas a nada siempre que ganes. El fútbol depende de los resultados". Ojo a la frase: “Da igual si no juegas a nada siempre que ganes”. ¿Cómo vas a jugar bien si piensas que el buen juego no sirve de nada? ¿Cómo vas a jugar bien si crees que puedes obtener buenos resultados sin hacerlo? Pero el razonamiento va más allá: en fútbol, como en cualquier otro deporte, se gana o se pierde, pero en los entrenamientos lo  único que puedes intentar mejorar es tu juego, evolucionarlo, corregir errores para ser mejor. Lo que entrenas es el juego, el resultado no se puede entrenar, es una consecuencia del juego. No sólo del juego, de acuerdo, también influyen otros factores: la suerte, el acierto, una decisión arbitral, un error o un acierto individual... Pero ninguno de ellos se puede entrenar. 
No sería justo, sin embargo, personalizar en el crack portugués. Una gran parte del madridismo ha hecho suya esa terrible frase en los últimos tiempos: “Da igual si no juegas a nada siempre que ganes”. Habría que analizar las causas por las que el han abrazado ese absurdo lema. Para mí la explicación a este fenómeno es muy propia de la condición humana: rechazo a todo lo que proviene del rival. Si mi eterno rival es el máximo exponente, junto con la selección española, de un determinado modelo de juego, entonces yo no me siento identificado con esa forma de jugar. Es más, la desprecio profundamente, llegando a decir de ella que es incluso aburrida. Cómo el niño que desprecia el deporte porque se ve más torpe que sus compañeros o el que abomina de la música porque es incapaz de sacar tres notas seguidas de una flauta.
Pero el que su reacción sea humana no impide que sea incorrecta. Mientras el Real Madrid no asuma que el juego es el cimiento básico de los buenos resultados, difícilmente volverá a ser una referencia. Si podrá, puntualmente, obtener éxitos: cuenta con más dinero que nadie para conseguirlo y su carácter le hace ser siempre competitivo, pero esto sólo le alcanzará para obtener éxitos esporádicos, puede que incluso grandes éxitos, pero esto no le dará para poder prolongarlos en el tiempo ni recuperar el reconocimiento que en otras épocas llegó a tener.