martes, 8 de febrero de 2011

¡Es el juego, idiotas!

Por qué Messi recibe menos faltas que Cristiano

Mientras a nivel mundial crece la admiración y el reconocimiento por el juego del Barça, aquí en España no son pocos los que buscan excusas peregrinas para restar valor a sus éxitos: ayudas arbitrales, regalos de los equipos rivales, etc. La penúltima polémica artificial que se ha creado en nuestro cada vez más encanallado fútbol tiene que ver con las faltas que han sufrido en el campeonato liguero sus dos grandes protagonistas individuales: Messi y Cristiano Ronaldo. En lo que va de liga el portugués ha sufrido 58 faltas y el argentino 32. Ése es un dato irrefutable, hasta ahí no hay nada que objetar. El problema viene con las conclusiones que se extraen de ese dato: los rivales persiguen implacablemente al portugués y colocan una alfombra roja al paso del argentino, dicen los propagandistas de la causa madridista.  
Pero sacar consecuencias a partir de un sólo dato, sobre todo si uno no es muy listo y/o es malintencionado, puede que nos proporcione una visión tergiversada de la realidad. Relativicemos ese dato: Messi ha jugado 300 minutos menos en lo que va de liga que Cristiano (1782 frente a 2085), con lo que el argentino sufre una falta cada 55,7 minutos y el portugués una cada 35,9 minutos. Estos datos sustentarían, en principio, la teoría conspirativa.  
Echemos la vista atrás, a lo que pasaba en las anteriores temporadas: en la temporada 2008-09, la primera de Messi con Guardiola, el actual balón de oro recibió 81 faltas en 2636 minutos, una cada 32,5 minutos y medio. Y en la 2009-10 recibió 87 en 2952 minutos, es decir, una falta cada 33,9 minutos. En conclusión, en las dos temporadas anteriores Messi era frenado en falta con más frecuencia que Cristiano Ronaldo en ésta.  
¿Qué ha sucedido para que Messi, de repente, reciba muchas menos faltas que en temporadas anteriores? Podríamos enfocar la respuesta de dos maneras:
1ª. Desde el punto de vista conspirativo Messi ha pasado de recibir una falta cada más o menos 33 minutas a hacerlo cada 55 porque todos los equipos españoles se han puesto de acuerdo para no hacer faltas a Messi. Bien, veamos lo que ha sucedido en Europa. En la 2008-2009, cuando el Barça conquisto la Liga de Campeones, Messi jugó 985 minutos en los que recibió 24 faltas, una cada 41 minutos. La pasada temporada, cuando el Barcelona cayó ante el Inter en semifinales, Messi jugó 1032 minutos en la Champions, en lo que recibió 27 faltas, una cada 38 minutos. En la presente edición ha jugado 438 minutos recibiendo 8 faltas, lo que nos da un ratio de una falta cada 54,7 minutos. Es decir, en Europa Messi ha pasado de recibir una falta en competición europea cada 35-40 minutos a hacerlo cada 55... ¡justamente lo mismo que sucede en Liga! No es una conspiración de los equipos españoles para favorecer a Messi, no: ¡Es una conspiración a nivel europeo! ¡Qué digo europeo, mundial! Sin embargo, si consideramos otros dos jugadores de Real Madrid y Barcelona que realizan tareas similares como Özil e Iniesta, vemos que el manchego ha sufrido 47 faltas en liga por 20 del alemán: ¿hay un complot contra Iniesta? ¿Los rivales le odian? Es obvio que este camino no es el adecuado para entender la diferencia en el número de faltas.
2º. Otro planteamiento, sin duda más racional que el anterior, es tratar de analizar si se ha producido en el juego de Messi un cambio en los últimos tiempos que pueda estar relacionado con la clara disminución en el número de faltas recibidas. Y, efectivamente, lo hay: a mediados de marzo del año pasado, tras una serie de partidos en los que el Barça no logró desarrollar su mejor juego (ante Atlético, Rácing, Málaga, Stuttgart o Almería) y en los que Messi, si bien hizo algún gol, no entró en contacto con el balón como solía ser habitual, Guardiola decidió convertir en norma algo que hasta entonces sólo había sido una solución de carácter esporádico: Messi debía abandonar la banda para participar más en la elaboración del juego y estar más cerca del área. En los siguientes partidos Messi alternó partidos en la media punta con partidos como delantero centro, hasta que se consolidó en esta última posición relegando a Ibrahimovic a la suplencia tras partidos en los que jugando como delantero centro logró marcar tres y hasta cuatro goles por encuentro. El juego de Messi cambia radicalmente, hace goles con más facilidad y ya no debe darse largas desde o por la banda con el balón pegado al pie. Esto hace que su juego se modifique: por el centro los espacios son menores, debe buscar más la asociación con sus compañeros y encarar sólo en situaciones verdaderamente ventajosas. La temporada anterior Messi daba un pase cada 2 minutos y 9 segundos de media, ésta lo hace cada minuto y 34 segundos (Cristiano da un pase cada 2'54'' de media), lo que le ha llevado a ser el mejor asistente de la liga con 14 pases de gol hasta el momento, muy por encima de Cristiano, con tan sólo 5.  
En definitiva, estamos ante dos jugadores completamente diferentes, que se relacionan con sus compañeros cada uno a su manera, que buscan el gol por a través de vías distintas y que militan en equipos con filosofías de juego radicalmente opuestas. Hasta hace un año Messi se veía obligado a encarar a los rivales con mucha frecuencia, como Cristiano, pero su juego ha mutado: la opción individual, antes preferente, es ahora sólo una más. El resto de explicaciones, una vez más, son propaganda.
Nota: las estadísticas se han obtenido de las páginas web de FCBarcelona y Real Madrid y de las webs de los diarios Sport, As y Marca.