viernes, 9 de abril de 2010

Se juega como se es

Guti, el genio ciclotímico

Aunque más tarde lo dijeron también otros, al primero que le escuché decir que se juega como se entrena fue a Vicente Cantatore. Yo digo más: se juega al fútbol como se es. Pon a jugar un partido a un niño de doce años que le guste el fútbol y un cuarto de hora después, a poco que uno se fije bien, podrá decir con muy poco riesgo de equivocarse cómo es ese niño.
Viendo la manera de relacionarse con compañeros y rivales es sencillo apreciar si es egoísta o no, si tiene capacidad de liderazgo o, por el contrario, se deja llevar, si es tranquilo o temperamental, si tiene suficiente autoestima, si respeta al diferente...
Observando lo que hace con el balón, independientemente de que juege mejor o peor, se puede ver si es inteligente o no, si es consciente de sus limitaciones e intenta hacer lo máximo pero sabiendo lo que no debe intentar o si muestra afán de superación.
Habrá quién diga que todo esto no tiene ningún sentido, pero en el fútbol de alto nivel abundan los ejemplos. ¿Alguien duda de que el carácter de Cristiano Ronaldo no se refleja en su juego? En lo positivo tiene una confianza en si mismo brutal, es ambicioso y consciente de tener unas cualidades espectaculares. Pero también es egocéntrico y pretencioso. Prefiere fallar él a dar a un compañero la posibilidad de que acierte. Su equipo gana la Copa de Europa y el llora porque falló un penalti. ¿Se puede pensar que jugadores que manejan el balón con la tranquilidad de Xavi, Iniesta o Busquets son personas nerviosos en el resto de facetas de su vida? Es absurdo, sólo es necesario escucharles hablar. ¿No juegan Alves, Robinho o Ronaldinho con la misma alegría con la que viven? Es más, cuando por la circunstancia que sea no tienen alegría en su vida cotidiana, ¿no se resiente su juego? ¿Y no es Raúl un ejemplo de persona inteligente y con una capacidad de superación admirable que, con unas cualidades limitadas, ha logrado llegar y mantenerse en lo más alto?
Pero, sin duda, Guti es el ejemplo más exagerado de futbolista que juega como es: cuando está centrado es capaz de hacer cosas que nadie más hace y cuando "se le cruza el cable" puede perder el partido él solo. Incluso puede mostrar esas dos caras en un mismo partido. Es un ciclotímico de manual: pasa de cero a cien a la misma velocidad que de cien a cero. En su vida personal es igual: se casó y se separó de la misma mujer no se sabe cuantas veces. Te quiero, te odio y te vuelvo a querer. En una entrevista en Canal + dijo que no quería irse nunca del Madrid ni de Madrid, que quería jugar en el Inter y que cuando se retirase quería comprarse una moto e irse a vivir a Tailandia. Y esas tres cosas, contradictorias y excluyentes, las dijo en sólo tres minutos.
Ser ciclotímico no es equivalente ni está relacionado con lo que vulgarmente llamamos tener mala cabeza. De hecho Guti, aparte de ambición y capacidad de liderazgo, ha demostrado tener un importante espíritu de superación y capacidad para adaptarse a los cambios de circunstancias, cualidades que son propias de personas luchadoras e inteligentes. Cuando era mediocentro llegaron al Makelele y Flavio. Al ver que no tendría hueco ahí se adaptó al puesto de enganche. Entonces llegó Zidane y Guti se buscó un puesto de delantero centro, donde rindió a gran nivel a pesar de que sus cualidades no eran a priori las más indicadas para ese puesto. Y entonces el Madrid fichó a Ronaldo. Desde ese momento ha jugado en todas las posiciones desde el mediocentro en adelante rindiendo a buen nivel... cuando ha estado centrado.
Si finalmente abandona el Real Madrid, ya hemos visto que cambiar de opinión no es lo que más le cuesta, los blancos perderán gran parte de la poca imaginación que tienen el centro del campo. Y la imaginación no abunda en el fútbol de hoy. Y si con él se va Raúl, poco quedará de lo que ha hecho competitivo al Madrid en los últimos años: su espíritu.