Pedro mejora cada día y es de vital importancia para el juego del Barça
Irrumpió el año pasado el panorama futbolístico con unos números interesantes: 22 goles entre todas las competiciones, 12 de ellos en liga y, sobre todo, con apariciones de valor gol en momentos claves: hizo el gol que le dio al Barça la Supercopa, sentenció el clásico de Bernabéu, abrió el partido del alirón ante el Valladolid y, aunque no valiese para nada finalmente, puso a los culés en ventaja en San Siro contra el Inter.
Irrumpió el año pasado el panorama futbolístico con unos números interesantes: 22 goles entre todas las competiciones, 12 de ellos en liga y, sobre todo, con apariciones de valor gol en momentos claves: hizo el gol que le dio al Barça la Supercopa, sentenció el clásico de Bernabéu, abrió el partido del alirón ante el Valladolid y, aunque no valiese para nada finalmente, puso a los culés en ventaja en San Siro contra el Inter.
Sus cifras goleadoras este año, de momento, son inferiores que las del anterior (4 goles en total, 1 en Liga, 1 en Liga de Campeones y 2 en Copa), pero la importancia de Pedro para el Barça no ha disminuido un ápice. Lejos de los focos, más centrados en Villa, Xavi, Iniesta y, evidentemente, en Messi, el mérito fundamental de Pedro es hacer mejores a los demás. Su movilidad por todo el frente de ataque facilita la vida de los pasadores, dando siempre una opción a Iniesta o Xavi de buscarle al espacio. También simplifica la labor de Messi, arrastrando defensas y abriendo espacios por los que pueda penetrar el argentino, como también hace Villa. O la de los laterales cuando traza diagonales para que aprovechen el espacio Alves o Abidal.
Y si en ataque es un jugador vital, no lo es menos en tareas defensivas. Siempre es el primero en ir a la presión y con su vitalidad arrastra al resto del equipo. Los que vengan, de la cantera o del exterior ya saben a que atenerse: si Pedro, campeón del mundo, defiende como lo hace, nadie tiene excusa para no esforzarse lo mismo que él. Affellay deberá tomar nota.
Al igual que el Barça, en continua evolución desde el final de la primera temporada de Guardiola, Pedro también ha ido modificando su forma de jugar. Si el año pasado se ganó justamente la fama por sus registros goleadores, este año ha cedido protagonismo en ese aspecto a Messi o Villa, para asumir responsabilidades mayores en la gestación de las jugadas y en la entrega del pase definitivo. Valga un dato: el año pasado Pedro dio 4 asistencias de gol en toda la temporada. Este año lleva ya 5, algunas tan brillantes como las que dieron lugar al segundo gol contra el Villarreal o el primero contra el Atlético de Madrid.
No es el más rápido, ni el más hábil, ni el más espectacular. Jamás será candidato al Balón de Oro ni acaparará portadas, pero es valioso para sus compañeros e imprescindible para su entrenador. Y la referencia para los que quieran triunfar en este Barça.