lunes, 17 de enero de 2011

Récords y sainetes

El Barça, superándose a si mismo, es ya el mejor campeón de invierno de la historia
Gracias al empate ajeno y a su propia victoria el FCBarcelona es campeón de invierno con unas cifras nunca vistas hasta la fecha: 17 partidos ganados de 19, una sola derrota, 61 goles a favor (14 más que el siguiente), 11 goles en contra (6 menos que el siguiente), victorias en todos los partidos disputados como visitantes… Eso en cuanto a los números, cuya excepcionalidad es proporcional a la belleza del juego blaugrana. Un juego bello y sostenido, pues cada vez juega mejor y cada vez lo hace durante más tiempo. Nada está decidido, pero se gane lo que se gane a final de temporada, los cinco meses de disfrute que el Barça ha regalado a sus aficionados quedarán para la historia, unidos a los dos años anteriores y a lo que el futuro depare.
Todos brillan en el Barça pero hay un jugador que se ha superado a si mismo: estamos ante el mejor Iniesta de su carrera. Hablar de la calidad del albaceteño sería redundante y obvio, no así hablar de su momento de forma: siempre ha sido un jugador extraordinario, pero nunca había alcanzado un nivel como el que está mostrando en los últimos dos meses. Regatea, se asocia y asiste pero además, y a diferencia de otras temporadas, golea. El gol y el disparo de media distancia estaban considerados como sus grandes debilidades: este curso lleva 6 goles, 3 de ellos desde fuera del área. El hecho de que haya abandonado definitivamente el puesto de extremo y actúe siempre como centrocampista se presenta como decisivo para su entender su mejoría. Llamadme loco, pero recuerda cada vez más a Zidane.
¿Qué argumentos encontrará el Madrid para intentar dar la vuelta a la situación? Apuntad: villarato y excusas arbitrales varias (difícil de sostener cuando se ha visto benefiado por 6 penaltis frente a sólo 1 disfrutado por el Barça); pasividad de los rivales del Barça, que ni hacen faltas ni  “ná”, aunque luego eche uno cuentas y resulte que al Madrid le hacen aún menos; los celos por el balón de oro desespararán a Xavi e Iniesta hasta el punto de que, o dejarán el fútbol, o forzarán el traspaso de Messi; Piqué se descentrará con su nueva relación sentimental y arrastrará en su deriva a todo el vestuario; peligrarán las renovaciones (como la de Busquets, que se firmará esta semana); Guardiola mostrará su cara más peligrosa ya que, aparte de mear colonia, presta sus servicios al islamismo radical y ojo con Rosell que, aunque parezca que no, es más nacionalista que Laporta. ¿Algún razonamiento futbolístico? Pues mire, no, de eso no tenemos.
Cuando el Madrid gana y Mourinho saca los pies del tiesto, el 95% de los días, sus salidas de pata de banco son celebradas por sus palmeros como si de un gol se tratara. Cualquier motivo es bueno: el hijo, la lista de los 13 errores, su soledad ante los ataques ajenos, los rivales que no compiten contra el Barça, los perros y los gatos, un delegado septuagenario por los suelos, tres deditos para la grada del Milan, dos deditos para Preciado… Las radios conectan con su rueda de prensa como si lo hiciesen con un estadio donde se va a lanzar un penalti decisivo en el último minuto. El problema viene cuando la monta y el Madrid no gana: en estos días el madridismo abre los ojos y ve también ridículas estas actitudes que el resto del mundo encuentra siempre ridículas. Ayer fue uno de esas veces: sus referencias al arbitraje sonaban a excusas vagas frente a su planteamiento inicial y al hecho de que tirase la primera hora de partido sólo por querer demostrar al club que no cuenta con delanteros suficientes. Pero que nadie se queje: Mourinho no ha hecho más que responder a las expectativas.

@fjaz79